María del Mar y yo hemos sido compañeras de redes, blogueras y coautoras de un mismo libro, “Una nueva maternidad”, aunque yo siempre la he tenido en una especie de pedestal, como uno de los cerebros más privilegiados de este país. Al leer sus respuestas a este cuestionario, en cada párrafo me iba emocionando y con ganas de saltar, como espero que a los lectores y lectoras les suceda lo mismo.
Hay en sus respuestas tanta sabiduría condensada que cada oración da un gran titular. María del Mar Jiménez Redal es socióloga de formación, pero cuando fue madre abandonó su trabajo en la gran ciudad y la gran empresa, y se fue a vivir al campo: a criar, a dictar cursos y talleres, a escribir y a publicar en las redes, y a vivir como realmente quería. Es la creadora de los importantes sitios web El Blog Alternativo, La Cocina Alternativa, la Escuela Online de Cocina Sana Entrepucheros y Hogar Consciente
Te conocí hace muchos años, con un potente texto que publicaste en 2008 en la revista Criar con el Corazón que se llamaba “Mis 15 acusaciones” que aún se encuentra copiado y pegado muchas veces en la red. ¿Cambiarías algo desde entonces? ¿Qué ha cambiado en ti en estos últimos diez años?
Ese artículo fue un encargo de Mireia Long para la revista Criar. Editaron un solo número que aún se puede leer online y su contenido es una joya, atemporal y de rabiosa actualidad porque los cambios sociales en estos temas de crianza-emocionales-domésticos-microsociales son lentos pero poderosos.
Mi artículo es muy visceral, tal como yo vivía la crianza de mi hijo en esa época cuando él tenía 3 añitos y yo apenas dormía, pero estaba repleta de oxitocina y con una gran claridad y visión sobre cómo trata la sociedad y el sistema a las madres, las familias y la crianza. Su escritura fue muy rápida, fluida, inspirada y muy potente. Y eso se nota todavía.
En estos 10 años, las 15 acusaciones siguen tristemente vigentes y, aunque hay un gran cambio de conciencia colectivo en este tema y un despertar brutal de miles de mujeres al respecto, no solo no se ha traducido en cambios externos positivos, sino que algunos han sido en sentido contrario a lo denunciado. Véase los nuevos permisos de maternidad/paternidad intransferibles, justo lo opuesto de los países nórdicos y de la defensa de los derechos de los bebés y las madres. Autoras como Isabel Fernández del Castillo, Ibone Olza o tú misma lo explicáis muy bien.
Es decir, el artículo sigue siendo una foto del panorama de la infancia y la mujer (patologización del cuerpo femenino, alta medicalización o familicidio social) y una hoja de ruta para cambiar el mundo desde las bases. Pero solo es un artículo, cada punto implica un debate profundo en sí mismo.
Quien sí ha cambiado en esta década he sido yo, como corresponde a una vida bien vivida que evoluciona integrando cada etapa. Ya pasó la crianza intensiva y mi entrega -que no sacrificio- de entonces me transformó. Para mí, esa maternidad consciente ha significado una poderosa metamorfosis: nosotros cambiamos voluntariamente de vida, de trabajo y de lugar de residencia. Por eso suelo decir medio en broma que un hijo no me cambió la vida, sino que “la destruyó” y me ayudó a construir otra mejor y más acorde con mis sueños. Gracias a todo lo que implicó la crianza, yo me descubrí a mí misma y encontré mi lugar en el mundo. Antes estaba “medio dormida” y el acompañar a mi hijo al 100%, sin matices, me abrió los ojos, me re-orientó el timón y me curtió/pulió a lo que soy ahora.
También debo decir que viví los primeros años de mi hijo con mucha intensidad, y ya me he des-visceralizado y des-radicalizado. Estoy en otra etapa mucho más serena, flexible y comprensiva, pero igualmente lúcida.
El Blog Alternativo fue uno de los primeros grandes blogs en castellano, referente ya desde hace muchos años. ¿Qué es “lo alternativo”? ¿Para qué necesitamos un mundo alternativo?
Nosotros estrenamos ese blog en 2008 queriendo unificar todos los temas que nos gustaban y que estaban separados, invisibilizados o menospreciados en los medios convencionales. En su momento quisimos hacer un cóctel en formato blog de la filosofía de revistas tipo “Integral”, “Cuerpomente”, “Crianza Natural”, y otras sobre temas de salud natural, desarrollo personal, cocina sana, ecología, espiritualidad, economía solidaria, banca ética, bien común y más. Es decir, un blog que reuniese todas las dimensiones de un mundo más amable. De hecho, nuestro primer eslogan (que luego quité y me arrepiento) fue “Construyendo un mundo mejor”.
Pero en 10 años, lo alternativo en muchos temas se ha ido integrando y generalizando en la sociedad, ha adquirido distintos matices, ha dejado ver su “lado oscuro” que también existe y ahora es menos visible esa diferencia entre la sociedad “Matrix”/convencional y lo alternativo.
Paralelamente, para nosotros fue un proyecto vocacional-profesional que ha ido evolucionando y con los años nos hemos dedicado a otros temas y lo hemos dejado casi aparcado y con publicaciones muy esporádicas. Lo que esperábamos del blog no se cumplió por causas externas, y también por errores internos de estrategia, expectativas y funcionamiento. Ese blog es parte de nuestro pasado, y con todo lo aprendido y madurado, lo estoy “amasando” en un nuevo proyecto llamado HOGAR CONSCIENTE.
¿No sucede que a veces nos salimos de un matrix, de un dogma, para entrar en otro? ¿Puede ser lo alternativo, lo espiritual, lo ecológico… a veces también un disfraz, una moda, una pose que nos ponemos para creernos superiores o diferentes al resto?
Sí que puede ser, y sin llegar a esa “superioridad alternativa” de creer que estás más despierta que otros porque comes distinto o crías distinto o vistes 100% orgánico o todos tus chackras están abiertos o no usas plástico ni generas residuos, o tus hijos van a un colegio donde se habla con las hadas o no hay libros, etc., hay que entender varios conceptos:
– La conciencia es transversal y no está en absoluto en un grupo determinado por mucho que algunos “miren desde arriba”: esto pasa en la política, en la comida que se está ideologizando en exceso, en las creencias y en todo.
– Las contradicciones y los matices existen en todos los ámbitos, sobre todo cuando las teorías no se llevan a la práctica o se llevan solo con minorías/periferias y no con colectivos amplios. Aquí podríamos hablar de lo fácil que es ser “antisistema” viviendo del sistema, por ejemplo.
– El proselitismo de decirle a los demás lo que tienen que hacer o sermonear no sirve de mucho. La única forma de influir sobre los demás es con el ejemplo (tema que hablaremos abajo sobre el poder del hogar consciente o “sé tú el cambio que quieres ver en el mundo”).
En esta década de experiencia desde dentro del mundo alternativo, también he de confesar que he tenido grandes decepciones, tanto de personas en minúscula como de ideales en mayúscula y, sin perder tampoco el norte de los valores, hay mucho mucho que matizar sobre la bondad de lo alternativo y la maldad del statu-quo. Por eso repito que la conciencia es transversal y no tiene etiquetas.
En la presentación de El Blog Alternativo decís que os interesa “el mundo doméstico, el hogar y la crianza, donde se fraguan los grandes cambios”. Esto parece una apuesta muy novedosa, dado que normalmente la gente cree que los grandes cambios se fraguan en la política. ¿Cómo pueden fraguarse grandes cambios sociales desde el hogar, desde lo microsocial?
Dice un viejo proverbio que “antes de cambiar el mundo da 3 vueltas por tu propia casa”. Por muchas manifestaciones a las que asistas a chillar, por mucho que te quejes, por muchos contenedores que se quemen, los cambios que marcan la diferencia son los que cada uno vive en su vida diaria, en sí mismo y en su casa. Eso sí que implica un cambio de vibración, de modelo de consumo y por tanto de paradigma. Esto no significa que no se dedique tiempo a causas sociales justas, pero la lucha en abstracto tiene menos fuerza, aunque más ruido, que los cambios personales que se pueden expandir.
Las soluciones a la mayoría de los problemas que asolan a la humanidad en la actualidad no se encuentran en el parlamento ni en la “educación obligatoria de 0 a 3 años” sino en el Amor, amparo, oasis, apego, calidez, refugio, talento, corporalidad, tiempo, presencia, cantidad y conciencia que vivimos en los hogares. Y esto sí que funciona, aunque lo externo predique lo contrario.
Nos estamos confundiendo, en muchos casos, de enemigo y de soluciones. Lo cual es normal cuando nos han grabado a fuego desde hace décadas que “todo lo bueno está fuera” (lo público, el dinero, el reconocimiento social) y que “la casa es un lugar de sumisión y des-cerebramiento”.
Pero realmente, y desde hace siglos, es el hogar, sano y equilibrado, el lugar de poder por excelencia: de la salud, del bienestar, del autoconocimiento, de la crianza, de enraizarnos y desplegar las alas, de encontrar nuestro lugar en el mundo y de mucho más. Y por eso mismo se ha aniquilado: desprestigiándolo, dividiendo y desamparando a sus miembros, externalizando en el consumo felicidades efímeras que se consiguen de otros lugares de forma duradera, des-madrando la infancia, industrializando la mano de obra y alejando el dinero del talento (cosa que ya se está revertiendo en el nuevo paradigma laboral), humillando la vida de nuestras ancestras y mucho más.
De hecho, el HOGARICIDIO (previo y más profundo del familicidio actual -sociedad estéril-) es lo menos estudiado y conocido de la historia de la “ingeniería social” que nos ha llevado hasta aquí, cuando representa la acción más potente para moldear un tipo de sociedad determinada. Lo expliqué en mi ponencia titulada “Crianza y conspiración” en las I Jornadas de Crianza en Red organizadas por OB STARE hace unos años.
Por eso, recuperar el poder interno que nos hicieron perder para conseguir migajas de poder externo es la clave para una transformación profunda. Lo microsocial, lo doméstico, lo íntimo, las emociones, lo sutil también puede ser alquímico a la vez que compatible y coherente con lo externo. No es lo uno reduciendo a cenizas lo otro como nos han hecho falsamente creer.
Otro tema al que dedicas mucho de tu trabajo es a la cocina y la alimentación. De hecho, tienes otro blog que se llama “La Cocina Alternativa” e impartes cursos y talleres sobre cocina sana. Dígame usted, socióloga: ¿Qué se cuece en las cocinas?
Ancestralmente, las cocinas se han considerado el Alma de la casa y un lugar sagrado. Los caldos nutritivos y las “pociones sanadoras” se cocían en las cocinas, unión por tanto de nutrición y salud. La cocina representa mucho más de lo que nos han contado y es un importante centro de poder y bienestar personal.
Curiosamente, se dice “quieren que volvamos a la cocina” como quien habla de un gulag, una cárcel o un lugar hostil y desempoderante, cuando es todo lo contrario. El lavado de cerebro social a este respecto ha sido muy eficaz.
Sin embargo, ya hay autores –Michael Pollan a la cabeza- que están reivindicando la cocina en el siglo XXI como algo REVOLUCIONARIO. Preparar comida casera con materias primas frescas se considera un acto político y un ejercicio de libertad e independencia frente a la industria y el modelo agroalimentario que prefieren que consumamos y calentemos “comestibles” aunque no tengan los mismos nutrientes que los alimentos de verdad.
Yo lo llamo “la venganza de las bisabuelas”. Hemos querido ser tan opuestas a ellas que hoy preparar lentejas a fuego lento es antisistema y subversivo. Realmente surrealista y esclarecedor de todo lo que hemos perdido por menos derechos de los que creemos. Pues sí, nuestras cocinas esconden salud, bienestar y activismo y pueden ser más liberadoras de lo que parece. Y no tienen género. Pero alguien dentro del hogar tiene que cocinar. Las clases altas lo saben muy bien…
En el tema práctico, a través del blog, de mis talleres presenciales y mi Escuela online de cocina sana ENTRE PUCHEROS enseño recetas caseras y ricas y cómo organizar los menús semanales en poco tiempo. Una gran asignatura pendiente en las familias y que se debería conocer desde la escuela. De hecho, los estudios hablan de la “generación huérfana de cocina” (los llamados “kitchen orphans”) y esto tiene miga y consecuencias.
Tú y tu familia fueron también pioneros en volver a la vida rural, de los llamados “neorrurales”. ¿Cómo os va? ¿No os habéis arrepentido nunca? ¿Qué ha sido lo mejor y qué lo más difícil de volver a la vida rural?
¿Pioneros? Ja, ja… Cada generación se cree pionera de algo, pero me temo que muchos antes nos han precedido y allanado el camino. ¡¡¡El “neorrural” más famoso, Henry David Thoreau, es del siglo XIX!!! Y el movimiento es muy activo en muchos países occidentales desde los 80.
Realmente nosotros no sabíamos ni qué era eso, pero, como he comentado, cuando nuestro hijo era bebé decidí con una gran certeza interna que quería criarle de verdad (y no acunarle por la noche), que el estilo de vida de ejecutiva que llevaba en ese momento no me lo permitía y que la conciliación no existe en trabajos absorbentes. Junto con mi marido, nos hicimos 2 preguntas vitales: “Qué haríamos si nos tocase la lotería” y “Qué haríamos si nos quedase poco tiempo de vida”, y ambos descubrimos lo que queríamos (libertad, paz, espacio y tiempo) y que no necesitábamos ni morirnos ni ser ricos para conseguirlo, pero sí dar un volantazo.
Y dicho y hecho. Para poder permitírnoslo, tuvimos que dejar la gran ciudad y volvimos al pueblito de nuestros antepasados donde antes íbamos a veranear. Dejamos 2 trabajos fijos en el 2006 y emprendimos posteriormente distintos proyectos. Y todo eso en pareja y con un bebé “mamífero” que hasta los 3 años no durmió una noche seguida. Gracias a él salimos de la “zona de confort” a lo grande.
Muchas personas me comentan que “qué suerte tengo por vivir en el campo”, pero la realidad es que no me tocó la lotería. Lo que yo tengo ahora se consigue con DECISIONES y pagar el precio de esas decisiones. Otras decisiones hubieran implicado otro precio y no tomar ninguna, también.
Y no, no nos hemos arrepentido ni un solo segundo y estoy súper orgullosa de haber criado y acompañado a nuestro hijo en la Vida como queríamos. Este proceso no ha sido ni rápido ni fácil ni aterciopelado, pero ha sido voluntario y consciente. Todo esto lo he explicado ya en conferencias sobre cambiar de vida e irse a vivir a un pueblo y será un próximo taller online.
¿Es fácil ser coherente con todo lo que predicáis? ¿Lo notáis en satisfacción diaria, cotidiana, o a veces pesa como un deber?
Pues como todos, hacemos lo que podemos en cada momento de la vida, pero con la suficiente madurez emocional para no “auto-flagelarnos” cuando nos desviamos del camino y sabiendo siempre dónde está (más o menos) el Norte para ir acercándote, a nuestro propio ritmo.
También he aprendido más con los años y flexibilizado muchas creencias en todas las áreas, desde alimentación a estilo de vida y priorizo vivir con tranquilad y conscientemente. No tengo “mandamientos que cumplir”, se hace camino al andar… Aquí podríamos debatir sobre lo eco-guay que es “vivir alternativo” con suficiente dinero y tiempo y lo distinto que es cuando mengua.
Tuviste a tu hijo en casa, diste lactancia materna durante varios años y eres coautora del libro Una Nueva Maternidad. ¿Existen también la maternidad y la crianza “alternativas”?
Tuvimos un parto domiciliario atendido por 2 comadronas colegiadas (que ahora hay que decirlo todo) una de las cuales, Pepi Domínguez, publicó tiempo después una guía de referencia médica al respecto: “Guía de asistencia del parto en casa”.
Estoy también muy orgullosa de esa decisión que tomé muchos años atrás cuando por casualidad entré en una conferencia del ginecólogo Enrique Lebrero y me sorprendió e impactó profundamente todo lo que contó y que era lo contrario a lo que yo hubiese imaginado de un parto. Eso abrió mi mente y me permitió estudiar el tema. Cuando estaba embarazada de Samael nos lo planteamos más en serio y como cumplíamos los requisitos de salud (mujer sana, embarazo sin riesgo de 1 bebé) lo llevamos a cabo. Y digo nosotros ¡¡porque yo sin mi marido al lado en todo momento y sin la piscinita de agua caliente no doy a luz!! Tuve un parto poderoso pero doloroso.
En ese momento no existía aún el documental “Orgasmic birth” ni yo conocía los libros de Casilda Rodrigáñez. Si hubiese tenido otro hijo, cosa que no ha sucedido, me hubiese preparado de otra forma para tener un parto también natural, pero algo placentero.
La lactancia fue difícil y con problemas al principio, pero gracias al esfuerzo y el asesoramiento maravilloso y altruista de grupos de lactancia materna lo pude superar. Primero La Liga de la leche en el País Vasco y después la experta Ana Morales en Castelldefels (Barcelona). He amamantado unos 5 años, me formé como asesora, aunque nunca ejercí, y la lactancia ha sido tan importante en mi vida como mis estudios universitarios. Siento pena y nostalgia porque esa época pasó, no pude practicar todo lo sabido con más hijos ni seguir en ese mundillo de la crianza. La vida me llevó por otros derroteros y “donde manda capitán…”
Claro que existe una “crianza alternativa” como distinta-opuesta a la crianza oficial. Hace décadas lo alternativo/moderno/liberador era abandonar la lactancia y dar biberón, dejar los bebés en guarderías y no responder a sus demandas, y ahora lo alternativo sería lo contrario a lo mayoritario: volver a reconocer que somos mamíferos, que los bebés tienen unas necesidades corporales que no las cubre el plástico del chupete ni el mando a distancia, que (muchas) madres sí desean criar a sus propios hijos libremente y no consideran eso opresor y el trabajo asalariado liberador, o que las nanas y el consuelo ayudan a conciliar el sueño.
Lo alternativo depende de cada momento. Por supuesto que hay muchos matices y no debe existir un carnet de “padres naturales” pero sí hay unas bases de amor, cuerpo y apego por encima de llantos y alejamiento. No es ideología, es neurobiología y humanidad. Y no tiene que ser ni progre ni políticamente correcto siempre, de hecho, ahora es lo contrario. Simplemente es.
En este tema en 10 años, el cambio ha sido brutal. Nosotras estábamos bastante “solas” cuando publicamos “Una Nueva Maternidad” y ahora ya hay un movimiento social consolidado de ayuda mutua a las nuevas madres. Ahora se puede elegir, nosotros tuvimos que abrir camino, justificar y teorizar. Esto es imparable y son estos cambios micro los que cambian el mundo. Más oxitocina interna y menos adrenalina externa.
¿Has encontrado un hilo de coherencia vital que va del vientre a la cocina, del amor a la espiritualidad? ¿Puede integrarse esa sabiduría en la vida cotidiana, como cualquier “persona normal”, sin ser gurú de nada, ni envolverse la cabeza con un paño, ni hacer vida monástica?
“Dios o la Diosa están en las pequeñas cosas”.
Estoy segura de que si todos reflexionásemos sobre qué valoramos en la vida, apreciaríamos más todo lo relacionado con la cotidianidad y la felicidad de los pequeños momentos. Por supuesto que creo que no necesitamos ni ir a la India ni hacer un Máster de Mindfulness para “iluminarnos”, encontrar sentido a la existencia y vivir con plenitud. Lo que nos rodea y las circunstancia que a cada uno nos toca vivir suelen ser buenos Maestros. Y los que tenemos hijos conscientemente más. La crianza es un potente trampolín de crecimiento personal, no el único por supuesto, pero no por ello menos importante.
Aunque ahora también existe una “espiritualidad low-cost” y a veces muy egoica/narcisista, Maestros espirituales como Omraam Mikhaël Aïvanhov defienden en su obra la pareja/matrimonio, la familia y el día a día como el lugar de desarrollo personal por excelencia. A muchos les sorprenderán estos planteamientos. Otro ejemplo sería el libro Después del éxtasis, la colada: son los quehaceres diarios y no fugaces instantes donde se trabaja “la dicha”. Ya sé que parece poco glamouroso, pero la realidad es que nuestras casas son también Templos.
Hogar consciente trata de todo ello. Ya no vale eso de que “lo importante está ahí fuera” y lo de dentro me resta. En el hogar amamos, criamos, vivimos, hacemos el duelo, cuidamos, nos nutrimos, practicamos un estilo de vida, descubrimos nuestros talentos, podemos emprender profesionalmente también, gestionamos las finanzas, estudiamos, nos formamos, oramos o meditamos, honramos a nuestros ancestros y nos podemos encontrar a nosotros mismos y ofrecer nuestros dones al mundo. En un chalet, en un apartamento en la ciudad o en un iglú. Lo dicho, “antes de cambiar el mundo da 3 vueltas por tu propia casa”.
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