¿Quién es Ileana? Háblanos un poco sobre ti
Yo nací en Cuba en 1973 y vivo en Tenerife desde 1996, vine con una beca doctoral de la Agencia Española de Cooperación Internacional, y aquí me asenté. Soy periodista de formación, he sido profesora universitaria, ahora trabajo como funcionaria de carrera en el Gobierno de Canarias. Soy mamá de una niña y un niño maravillosos, y en medio de la gran transformación personal que me supuso la maternidad, canalicé mi vocación de escribir y analizar la realidad a través del blog, que se convirtió en referente en la blogosfera maternal y tiene más de 3 millones de visitas.
¿Por qué empezaste con tu blog y cuál es el mensaje que quieres transmitir con él?
Pues a mi primera hija la llevé a la guardería pronto y me reincorporé al trabajo, que era lo que se suponía que toda mujer emancipada hace, y la angustia que dicha situación me producía inconscientemente me llevó a escribir un grito que en ese momento ni yo misma sabía que lo era.
No fui consciente entonces, no fui capaz de buscar soluciones para que ella no tuviera que recibir cuidados institucionalizados tan tempranamente, cosa que luego sí conseguí con mi segundo hijo, pidiéndome un año de excedencia sin sueldo y trayendo a mis padres a vivir con nosotros para que lo cuidaran luego.
De ese grito surgió el blog Tenemos Tetas, cuyo mensaje principal es que la maternidad debe ser protegida socialmente, que los bebés no deben ser separados tempranamente de sus madres si nosotras deseamos cuidarlos, y que la lactancia materna es un proceso fisiológico y emocional que ha estado a punto de extinguirse en Occidente y que resume en sí misma los problemas más importantes de la sociedad actual: el feminismo, la justicia social, el cuidado y las emociones.
¿Cómo definirías el antes y después de tu maternidad?
Pues antes de mi maternidad yo vivía en el intelecto. Fui una niña que hoy llamaríamos de “altas capacidades”. Estudié en Cuba en un tipo de escuelas específicas para niños de alto rendimiento intelectual. Siempre supe que tendría toda la libertad para elegir la carrera que quisiese, mi madre ya era profesora universitaria de Física y me crié en un clima de igualdad profesional, lo daba por hecho.
Sin embargo, al tropezar con la maternidad todo eso se cuestionó. Gracias a la lactancia materna, que a mí se me dio espontáneamente bien, y a las críticas que recibía por ella, supe que había muchas cosas que ignorábamos sobre la crianza de las crías humanas. Bajé al cuerpo y a las emociones, y a las propias historias personales de nuestras infancias. Un revulsivo y un taller de crecimiento personal como ningún otro.
No siempre consigo ser la madre que quisiera ser, pero sé que mis hijos y que todos los bebés y niños en general se merecen el entorno más amoroso y respetuoso posible y que ahí, además, está la clave de todo lo demás. En la crianza amorosa está la clave de una sociedad más solidaria, empática, justa y menos violenta.
¿Cuáles son tus propuestas para alcanzar una conciliación laboral y familiar real?
Mis propuestas se acercarían a las medidas que han tomado los países nórdicos. En general, creo que son los que mejor lo han hecho en materia de medidas sociales. Tienen bajas maternales y paternales remuneradas largas, que las familias se pueden transferir y organizar como mejor entiendan. Que en muchas ocasiones las bajas se las siguen tomando mayoritariamente las mujeres: pues sí, eso evidencia que las mujeres somos seres muy inteligentes y que sabemos lo que es prioritario en cada momento de nuestras vidas 🙂 Luego, la sociedad en su conjunto protege que eso pueda ser así.
Según la ONU, no llegaremos a una igualdad real hasta dentro de 81 años. ¿Qué crees que podemos hacer en la educación y crianza de nuestros niños y niñas para evitar que esto ocurra?
Poner amor. Niños y niñas criadas con amor amarán al prójimo. Y amar es permitir que la otra persona se realice en todas sus capacidades. Pero el amor no es algo que llevemos en nuestros corazones. El amor a los bebés e infantes se ha de dar de formas concretas que ellos puedan recibir como tal. Los bebés humanos son mamíferos, y como tales esperan recibir una serie de cuidados perinatales que si no se dan, se reciben como estrés, sufrimiento, falta de amor.
El amor a los bebés se lleva a través de lo que algunos científicos (como la doctora Darcia Nárvaez, me van a permitir que la cite) han llamado como “nicho evolucionado” de crianza: The evolved nest practices include soothing perinatal experience, extensive affection (nearly constant in babyhood), responsiveness to needs to keep the child calm, multiple adult responsive caregivers, breastfeeding on request for several years, self-directed social free play and a positive supportive climate for mother and child. And no punishment [Las prácticas del nicho evolucionado incluyen una experiencia perinatal calmada, afecto extenso (casi constante en la infancia), capacidad de respuesta a las necesidades para mantener al niño tranquilo, múltiples cuidadores adultos con capacidad de respuesta, lactancia materna a demanda durante varios años, juego libre social autodirigido y un clima de apoyo positivo para la madre y el niño. Y no hay castigo].
Dada la evidente falta de visibilidad de las mujeres, ¿qué acciones crees que pueden tomar ellas mismas para favorecer su presencia en cargos de responsabilidad y liderazgo (vida política y social, educativa, cultural, empresarial, etc.)?
Las mujeres ya estamos encontrando formas de vida pública cada vez más notorias. Lo más probable es que encontremos nuevas formas de responsabilidad y liderazgo distintas a las que han practicado los hombres: que incluyan la crianza, la presencia de los niños, menos tiempo por gusto en las oficinas, más flexibilidad horaria, jornadas laborales más cortas, teniendo en cuenta más los placeres y las emociones… No se trata de ascender de la misma manera y con las mismas reglas y prioridades que lo han hecho los hombres, dejando afuera la vida emocional, familiar y doméstica, pues a muchas mujeres no nos interesa el “poder” si es de esa forma, sino para crear nuevos tipos de empresas, escuelas, administraciones y políticas, nuevos tipos de sociedades. A su vez los hombres ya están cambiando también en estos aspectos. ¡Lo veremos!
¿Cómo gestionas en tu blog el lenguaje inclusivo y el sexismo lingüístico?
Pues mira, eso es algo que todavía no he conseguido solucionar. No me siento ya cómoda con el masculino genérico, pero tampoco acaban de gustarme las soluciones que merman el principio de economía lingüística. En la Administración Pública estoy obligada a utilizar “las niñas y los niños” y ya casi que nos hemos acostumbrado, pero no dejo de reconocer que atenta contra una tendencia universal del lenguaje humano en todas las lenguas, que es la de ser lo más concreto posible. Lo de la arroba, la equis o el plural formado con -e lo uso a veces informalmente, en las redes sociales o en el blog, pero a veces sí y a veces no, y la mayoría de las veces sigo utilizando el masculino genérico.
Sé que la sociedad va a terminar encontrando una solución a esto que sea inclusiva y a la vez práctica. A ver cuál termina prevaleciendo.
Para que nuestro público te conozca mejor, háblanos sobre tus últimos proyectos.
Pues siempre tengo en mente escribir un libro. El blog ya es un libro en sí mismo que está a disposición de todos, pero venimos de la cultura del papel y seguimos creyendo que un libro es algo más serio 🙂 Me gustaría organizar todo lo que ha aprendido en estos años y publicarlo en papel. Es mi próximo proyecto.